Filosofía Budista: Los 4 fundamentos de la atención plena
En la filosofía budista, los Cuatro Fundamentos de la Atención Plena —explicados en el Satipatthana Sutra— ofrecen una guía clara y profunda para desarrollar una atención plena que transforma nuestra relación con la experiencia. A través de esta práctica aprendemos a mirar con presencia y discernimiento:
- Atención al cuerpo, para habitarlo conscientemente, reconocer sus señales y comprender su naturaleza cambiante.
- Atención a las sensaciones, aprendiendo a distinguir entre el estímulo que recibimos y la interpretación que hacemos de él.
- Atención a la mente emocional, observando pensamientos y emociones tal como surgen, y comprendiendo cómo influyen en nuestras acciones y estados internos.
- Atención a los procesos mentales, reconociendo los patrones, tendencias y condicionamientos que moldean nuestra percepción del mundo.
La neurociencia también confirma lo que estas enseñanzas señalan desde la experiencia directa: prestar atención a la respiración no solo calma la mente, sino que mejora la regulación emocional, la memoria y la percepción del cuerpo. Al observar la respiración con conciencia aprendemos a reconocer cómo somos por dentro, y a modular nuestras reacciones sin reprimirlas.
En este curso abordaremos el Satipatthana Sutra no solo como una práctica de observación, sino como una vía de sabiduría encarnada, con fundamentos tanto filosóficos como científicos, que nos permiten reencontrar una relación lúcida y viva con lo que somos. Apaciguar el movimiento incesante de la mente es una forma de abrir espacio a lo que está vivo en nosotros. No se trata de eliminar el dolor ni de alcanzar un estado perfecto. El propio Buda enseñó que nada en el mundo puede ofrecernos una satisfacción total y permanente, porque todo cambia. Y esa no es una mala noticia. Es una invitación a comenzar desde un lugar más realista: dejar de luchar contra lo que es y aprender, poco a poco, a habitarlo con presencia.
¿Qué me puede aportar la filosofía budista?
Desde esta filosofía aprendemos a reconocer que en nosotros habita una bondad profunda, intacta, que no necesita ser fabricada ni incorporada desde fuera, sino simplemente reconocida. Una bondad que, aunque a veces olvidada, sigue ahí, esperando ser mirada con honestidad y ternura. Hay alivio en la aceptación, hay sentido más allá de la desilusión. Y eso —esa forma de estar en la vida— puede traernos una satisfacción auténtica. No la del placer pasajero, sino la del corazón en paz.
La filosofía budista nos acompaña a regresar a ese lugar interior, ofreciéndonos herramientas para cultivar una relación más amable con lo que somos. Nos anima a darnos la bienvenida tal como estamos, y a descubrir que incluso en medio del miedo o la confusión, hay un espacio posible para el descanso. Un descanso sin exigencias, donde la mente puede dejar de luchar y el corazón, poco a poco, recordar su propia claridad.
¿A quiénes va destinado este curso?
Desde la filosofía contemplativa budista nos llegan descripciones y recursos que ayudan a contrarrestar la distracción habitual de la mente, fuente de mucho de nuestro sufrimiento. Sabemos por experiencia que nuestra mente divaga entre el dolor del pasado y la incertidumbre del futuro, y que esa oscilación constante nos agota.
Las ciencias contemplativas actuales también ofrecen comprensiones precisas sobre los procesos cognitivos y emocionales que nos atraviesan. Nos ayudan a explorar con mayor claridad preguntas esenciales que a menudo quedan sin respuesta: ¿qué me pasa y por qué me siento así ante lo que pasa? En ese camino, podemos reconocer una sensibilidad valiente y una claridad compasiva que ya habita en nosotros
Contenidos
U1 Las tres marcas de la existencia. El Buda enseñó que la vida está marcada por tres características esenciales: la impermanencia, el sufrimiento y la ausencia de un yo que exista por sí mismo. Las dos primeras son fáciles de reconocer: todo cambia, y ese cambio puede doler. La tercera, en cambio, desafía nuestras intuiciones más arraigadas. Nos cuesta imaginar que no haya un “yo” sólido en el centro de la experiencia. Pero es precisamente esa suposición —la creencia en una identidad fija, separada, permanente— la que genera buena parte de nuestra confusión y sufrimiento. Explorar la ausencia de un yo en sí mismo no significa negar nuestra existencia, sino abrirnos a una forma de vivir menos constreñida por las exigencias de tener que ser “alguien” todo el tiempo
U2 La atención plena al cuerpo. Explora la imagen mental que tenemos del propio cuerpo, que se construye tanto por la información que llega al cerebro directamente desde el cuerpo mismo como por los prejuicios del «me gusta», «no me gusta», los «qué dirán» y otros condicionamientos sociales y vitales.
U3 La atención plena a las sensaciones. En las clasificaciones budistas se distinguen seis objetos, seis facultades de los sentidos y seis conciencias, que en conjunto forman los 18 dhatus. Esta forma de categorizar los fenómenos distingue entre el objeto percibido, la facultad que lo capta y la conciencia que lo registra. Se aclara así la diferencia entre el campo de experiencia, el campo de conciencia y la sensación frente a la percepción.
U4 La atención plena a las emociones. Se describe la riqueza de los estados emocionales que surgen desde la experiencia subjetiva y promueven respuestas fisiológicas y conductuales. Al reconocer su aparición sin reprimirlas ni dejarnos arrastrar por ellas, aprendemos a relacionarnos con nuestras emociones desde una mayor claridad, apertura y equilibrio. Esta atención genera un espacio donde la emoción puede ser sentida, comprendida y transformada.
U5 La atención plena a los procesos mentales. El punto esencial es darse cuenta de que todos nuestros pensamientos son representaciones de la realidad, es decir, imágenes o ideas que sustituyen a la realidad. Reconocer esto nos permite observar con mayor claridad la distancia entre lo que sucede y lo que pensamos que sucede, abriendo espacio para una respuesta menos reactiva y más sabia.
U6 Las siete causas y efectos. Exploración filosófica sobre la humanidad compartida, el cuidado recibido, la gratitud hacia ello y la motivación para cultivar amor, compasión, alegría empática y ecuanimidad. Basado en el texto Bhavanakrama del filósofo indio Acharya Kamalashila.
Horarios y fechas: miércoles 19,30 a 21,00 hs. (hora Española)
Noviembre: 5, 12, 19, 26
Diciembre: 3 y 17
Docente: Karma Tenpa.

Karma Tenpa recibió en India y en los años 2005 y 2007 las ordenaciones habituales en la tradición monástica tibetana.
Desde el año 2008 participa en una formación continua en estudios y práctica budista, recibiendo enseñanzas de diversos Maestros. Complementa este camino con retiros colectivos y, principalmente, en solitario, de distinta duración.
En la actualidad reside y da enseñanzas en el Centro budista Kagyu Dechen Ling de Madrid, vinculado al Centro de enseñanzas y retiros Dag Shang Kagyu, en Huesca, España.
También imparte enseñanzas en otros Centros budistas y en diversos ámbitos sobre filosofía budista, meditación en atención plena y compasión basadas en
la tradición budista y las ciencias contemporáneas.
Docente invitado “Budismo vajrayana y tibetano” de la Universidad Rovira i Virgili
Desde el año 2012 su interés por el encuentro entre el budismo y las ciencias contemporáneas le lleva a una formarse en Mindfulness y compasión, neurociencia de la meditación y en el acompañamiento en el proceso de morir.
Es fundador de la “Comunidad virtual Bienvenido a tu mente”. Desde ella comparte, por diversos medios de comunicación, enseñanzas de atención plena y compasión para la vida cotidiana.
Redes:
Web: www.karmatenpa.com
Instagram: karma_tenpa
Facebook: Karma Tenpa
Material de apoyo al estudiante:
- Acceso del video de cada sesión.
- Los vídeos son accesibles por 3 meses.
- A lo largo del ciclo se aportan textos de apoyo, sumarios de los puntos vistos y esquemas o mapas mentales que ayudan a recordar y fijar la enseñanza. Todos estos archivos se alojan en un Aula virtual y son descargables.
- Espacios para compartir dudas y preguntas.


